
Choque de fuerzas en la Corte Constitucional: Carlos Camargo asume como nuevo magistrado
En un ambiente cargado de expectativa y con los reflectores puestos en el Senado, el abogado cordobés Carlos Ernesto Camargo Assis fue elegido como nuevo magistrado de la Corte Constitucional, tras obtener 62 votos a favor, frente a los 41 que respaldaron a María Patricia Balanta Medina, candidata cercana al Gobierno. La decisión supone no solo un relevo en el alto tribunal, sino también un pulso político que ya genera reacciones encontradas.
La visión desde la derecha: un triunfo de la independencia judicial
Sectores conservadores celebraron la llegada de Camargo como un escudo frente a lo que califican como intentos de “cooptación de la justicia” por parte del Ejecutivo. La senadora María Fernanda Cabal señaló que este resultado fortalece la institucionalidad en tiempos de incertidumbre, mientras que su colega Paloma Valencia advirtió que, de haberse elegido a Balanta, se habría abierto la puerta a medidas excepcionales con riesgos para el equilibrio democrático.
En la misma línea, el senador Carlos Fernando Motoa aseguró que la decisión consolida la separación de poderes, uno de los pilares de la democracia que, según él, estaba siendo amenazado.
La mirada desde la izquierda: un revés político y un retroceso en paridad
Para el Gobierno y sus aliados, la derrota de Balanta no es menor. El presidente Gustavo Petro había expresado su apoyo a la jurista, y su caída en el Senado se interpreta como un golpe simbólico a su capacidad de incidencia en las cortes.
Las críticas también se enfocan en la falta de equilibrio de género: con Camargo, la Corte queda con solo tres magistradas mujeres de nueve integrantes. Desde sectores progresistas se advierte que esta composición erosiona la pluralidad del tribunal y podría limitar la sensibilidad frente a temas sociales clave.
Camargo: un perfil con experiencia y peso académico
Nacido en Cereté, Córdoba, Camargo tiene 46 años, es abogado con doctorado en derecho y cuenta con una larga trayectoria en la administración pública y el ámbito académico. Fue Defensor del Pueblo entre 2020 y 2024, magistrado del Consejo Nacional Electoral, presidente de la Federación Iberoamericana del Ombudsperson, además de profesor y vicerrector de la Universidad Sergio Arboleda.
Su periodo en la Corte se extenderá hasta 2033, tiempo en el que deberá pronunciarse sobre reformas estructurales, como la pensional, y otros decretos que marcarán la agenda política del país.
Un tablero reconfigurado
Con esta elección, la Sala Plena de la Corte Constitucional queda conformada por Jorge Enrique Ibáñez, Paola Meneses, Vladimir Fernández, Miguel Polo Rosero, Juan Carlos González, Natalia Ángel, Lina Escobar, Héctor Carvajal y ahora Carlos Camargo.
El reacomodo interno será decisivo, pues este tribunal está llamado a convertirse en árbitro de los debates más sensibles de los próximos años.
En conclusión, la llegada de Carlos Camargo a la Corte Constitucional va mucho más allá de un simple relevo judicial. Para la derecha, representa un muro de contención frente al poder presidencial; para la izquierda, una derrota política que refleja la dificultad de avanzar en reformas profundas y en la paridad de género.
El pulso entre Ejecutivo y Legislativo, con la Corte como escenario, apenas comienza. Lo que está claro es que el máximo tribunal será protagonista en el camino hacia las elecciones de 2026.