
Gestión, innovación y amor por el servicio: la fórmula de la doctora Vivian Lorena Marulanda para transformar la salud pública en el Valle del Cauca.
Una historia de liderazgo y compromiso
Hace apenas un año, el Hospital Local de Yotoco —ubicado en el corazón del Valle del Cauca— enfrentaba un panorama desalentador: un déficit financiero que amenazaba su sostenibilidad y limitaba la atención a miles de usuarios, en su mayoría habitantes de zonas rurales.
Hoy, ese mismo hospital muestra un superávit, es reconocido como el primer edificio biosostenible del municipio y se ha convertido en referente regional de gestión pública eficiente.
Detrás de este cambio está la doctora Vivian Lorena Marulanda, una mujer que llegó a la gerencia con un propósito claro: rescatar la institución, dignificar el trabajo de su equipo y brindar a los pacientes un servicio humano y de calidad.
“Cuando asumí el cargo, el hospital estaba en una situación financiera compleja. Lo primero que hicimos fue estudiar el mercado, renegociar contratos y recuperar cartera con las EPS. Gracias a Dios logramos recuperar cerca del 80 % de lo que nos debían, especialmente con la EPS Emssanar, lo que nos permitió pasar del déficit al superávit en solo un año”, explica la gerente con orgullo.
La clave, según ella, fue el trabajo en equipo. “Desde el primer día les dije a los funcionarios: me pongo la camiseta y la voy a sudar al mil por ciento con ustedes. Y así lo hicimos. A veces un solo trabajador asumía el trabajo de tres o cuatro, pero con compromiso y amor salimos adelante.
Energía solar: el hospital que ilumina con el sol
Otro de los hitos de esta gestión ha sido la apuesta por las energías limpias. Gracias a un proyecto apoyado por el Ministerio de Minas y Energía, el hospital se convirtió en el primer edificio biosostenible de Yotoco, con paneles solares, luminarias ecológicas y sistemas de aire acondicionado eficientes.
“El cambio ha sido impresionante. Antes pagábamos entre siete y ocho millones de pesos mensuales en energía eléctrica, y hoy solo pagamos un millón doscientos mil. Eso significa un ahorro de cerca de 60 millones de pesos al año, recursos que podemos reinvertir en la institución”, cuenta la doctora Marulanda.
La instalación de los paneles solares se dio bajo el modelo on grid, que conecta directamente la energía generada al sistema eléctrico, reduciendo el impacto ambiental y fortaleciendo la economía del hospital.
“Más allá del ahorro, este proyecto nos posiciona como un ejemplo para otros municipios. Somos el primer hospital de Yotoco con energía 100 % solar, y eso nos llena de orgullo”, agrega.
Bienestar laboral: empleados felices, pacientes mejor atendidos
La doctora Vivian Lorena Marulanda tiene una convicción: “Un trabajador feliz es mucho más productivo”. Por eso, desde su llegada, impulsó programas de bienestar y salud mental para su equipo.
“Creamos espacios de esparcimiento, jornadas de aeróbicos, rumba terapia y actividades recreativas con sus familias. Queríamos romper con el estrés del día a día y devolver la motivación. Hoy los empleados llegan al hospital con ganas de trabajar, y eso se nota en la atención al usuario.”
La cultura del cuidado interno se tradujo en una atención más cálida y humana hacia los pacientes. No en vano, el lema institucional —‘El Hospital Local de Yotoco le pone el corazón’— resume el espíritu de esta gestión.
“Cuando haces las cosas con amor, todo sale bien. Nuestros pacientes sienten el cambio, lo dicen. Y eso me llena de satisfacción. Hemos recuperado la confianza de la comunidad”, afirma la gerente.
Modernización tecnológica: salud con precisión y rapidez
La modernización del laboratorio clínico ha sido otro de los logros. Con un contrato de comodato con la casa comercial RV del Valle, el hospital renovó todos sus equipos con tecnología de última generación.
“Ahora contamos con equipos más rápidos, precisos y confiables, con una fiabilidad de hasta el 99 %. Además, gracias a la austeridad y al buen manejo de recursos, hemos podido adquirir equipos propios. Todo esto se traduce en diagnósticos más certeros y atención más oportuna para los usuarios”, destaca la doctora Marulanda.
Salud para todos: atención en zonas rurales
Yotoco es un municipio mayoritariamente rural. Por eso, una de las prioridades de la gerencia ha sido llevar los servicios de salud a las veredas más apartadas.
“Creamos un grupo extramural que visita diariamente diferentes veredas, llevando atención médica a quienes no pueden desplazarse hasta la cabecera municipal. Garantizamos atención oportuna y de calidad sin importar la distancia”, explica.
Este enfoque ha permitido mejorar la cobertura, fortalecer la prevención y consolidar la presencia del hospital en todo el territorio.
Saneamiento fiscal y financiero: de riesgo medio a estabilidad
Cuando la doctora Marulanda asumió el cargo, el hospital se encontraba categorizado con riesgo fiscal y financiero medio.
“Desde entonces hemos trabajado casi año y medio en la consolidación del programa de saneamiento fiscal, que ya fue radicado ante el Ministerio de Salud. Aunque el hospital hoy tiene superávit y sin pasivos, debemos cumplir el proceso completo antes de salir oficialmente de la categoría de riesgo”, explica.
Este avance demuestra la transparencia y disciplina administrativa con la que se ha conducido la institución, reflejando la confianza recuperada tanto a nivel local como nacional.
Más allá de los números: el poder del amor y la gestión pública honesta
Cuando se le pregunta cuál es el secreto para lograr en un año lo que otros no logran en tres, la doctora Marulanda responde sin dudar:
“No se necesita mucho dinero, se necesita dirección, amor y compromiso. Cuando haces las cosas con pasión, cuando te arrodillas y pones en manos de Dios tu trabajo, las puertas se abren. El problema no es la falta de recursos, es la falta de propósito.”
Su mensaje a otros gerentes es claro y esperanzador: “No se rindan. Toquen puertas, insistan, gestionen. Lo peor que pueden escuchar es un ‘no’, pero el mejor resultado es un ‘sí’ que transforma vidas.”
Yotoco: un paraíso en el corazón del Valle
El municipio de Yotoco, ubicado estratégicamente entre Cali y Buga, es un territorio tranquilo y en crecimiento. Su economía se sustenta en el comercio y la agricultura, y su belleza natural lo convierte en refugio de muchas personas pensionadas que buscan calidad de vida.
“Yotoco es un paraíso. Aquí se respira paz, la gente es amable y la vida transcurre sin afanes. Nuestro hospital es el único prestador de salud en el municipio, lo que nos obliga a ser los mejores. Atendemos una población en su mayoría adulta mayor, con pacientes crónicos que requieren cuidado permanente. Eso implica más gasto, sí, pero también más compromiso”, afirma la gerente.
Proyecciones: construir el hospital del futuro
Los planes de la doctora Marulanda no se detienen. Su visión es seguir modernizando la infraestructura del hospital, fortalecer el área de urgencias, adquirir un equipo de rayos X propio y mejorar cada espacio de atención.
“Mi sueño es que cuando termine mi gestión, el hospital esté más fuerte, más humano y más moderno. No quiero que me recuerden por mi nombre, sino que digan: la gerente que dejó huella, la que transformó este lugar con amor y compromiso.”
Finalmente, la historia del Hospital Local de Yotoco no es solo un caso de éxito financiero. Es la prueba viva de que cuando la gestión pública se hace con transparencia, liderazgo y amor, los resultados se multiplican.
Hoy, el hospital brilla con energía solar, con empleados motivados, pacientes satisfechos y una comunidad que vuelve a creer en su sistema de salud.
Y detrás de todo, una mujer que entendió que la verdadera medicina comienza en el corazón.








