La obra pictórica de Alejandro Cubillos Martínez es sinónimo de elegancia y se enmarca en dos facetas fundamentales, influenciadas por el legado de tres maestros cuyo espíritu perdura en su creación. Por un lado, el bielorruso Leonid Afremov le inspira la fuerza del color y el volumen sólido de tonos vibrantes, que transmiten emociones intensas y contrastan con sus abstracciones suaves y asimétricas. Del alemán Franz Marc, adopta la representación del paisaje urbano, capturando atardeceres y anocheceres bañados por la lluvia en el levante otoñal. En estas escenas, la sutileza de la forma se logra con la espátula cargada de arte, describiendo con maestría los fotones luminiscentes que se entrelazan en los focos de las noches parisinas. Así emergen las flores ante la sombra de los enamorados, reflejadas en adoquines de lustroso encanto. De su padre, Óscar Cubillos, hereda la delicadeza del color en el paisaje, los destellos de luz y, a lo lejos, el gélido entorno de la Torre Eiffel que se aproxima hacia el punto de fuga.
Alejandro Cubillos es la viva expresión del arte contemporáneo colombiano. Su trayectoria lo avala, con participaciones en las más prestigiosas salas de exposiciones de Colombia y el extranjero. Entre sus logros destacan sus exhibiciones junto a su padre en la Blue Door Gallery y en CONING, en Londres, así como en la sala de exposiciones de la Embajada de Colombia en el Reino Unido (2008).
Ahora, en su regreso a Europa, le deseamos el mayor de los éxitos.