A un año del ingreso de la Fuerza Pública al Cañón del Micay, en el suroccidente del país, el balance es contundente: se consolidó el control territorial, se redujeron los índices de violencia y se reactivaron los servicios esenciales en una de las zonas más golpeadas por el narcotráfico en las últimas décadas.

La Operación Perseo, lanzada el 12 de octubre de 2024 tras más de seis meses de planeación, permitió el ingreso de más de 1.400 integrantes de las Fuerzas Militares y de Policía, junto a unidades especiales de la Agrupación de Fuerzas Antiterroristas Urbanas (AFEAU), al corregimiento de El Plateado (Argelia, Cauca). Su objetivo: recuperar el control estatal, desmantelar economías ilícitas y garantizar la presencia integral del Estado.

Resultados en seguridad

Según el Ministerio de Defensa, durante este año se ha logrado una reducción del 49 % en el reclutamiento ilícito de menores, con la recuperación de 13 niños y adolescentes en articulación con el ICBF. Los enfrentamientos entre grupos armados ilegales disminuyeron un 75 %, mientras que el terrorismo cayó un 29 % y el hurto un 18 %.

La ofensiva militar permitió además 61 afectaciones directas a estructuras armadas ilegales, la desmovilización de 38 integrantes —un incremento del 31 %— y la destrucción de 122 laboratorios de procesamiento de drogas. Las disidencias de alias ‘Iván Mordisco’ fueron las más golpeadas, con el 84 % de las operaciones dirigidas contra sus estructuras.

Otros resultados operacionales incluyen la neutralización de 401 artefactos explosivos, 359 minas antipersonal, la incautación de 288.554 municiones, la destrucción de 223 granadas y la recuperación de 39 armas de fuego entre largas y cortas.

Impacto social y humanitario

La presencia sostenida de la Fuerza Pública también abrió paso a la acción humanitaria. En el último año se han entregado más de 80 toneladas de ayudas humanitarias, 2.500 regalos durante la Navidad de 2024, y se restableció la conectividad celular en zonas rurales.

Además, se rehabilitó la vía principal del Cañón y se construyó el puente militar “La Esperanza”, que conecta los corregimientos de La Hacienda y El Plateado, facilitando el transporte y el acceso de las comunidades. También se han ejecutado trabajos de mantenimiento en redes de acueducto y suministro de agua potable.

Salud: inversión sin precedentes

Uno de los hitos del último año es la puesta en marcha del Hospital Móvil de El Plateado, con servicios de segundo nivel y una inversión superior a $8.000 millones en dotación y funcionamiento. En paralelo, avanza la construcción del nuevo hospital de El Plateado, que registra un 15 % de avance físico y una inversión total de $22.458 millones, beneficiando a más de 10.800 habitantes.

Pese al ataque con drones y explosivos perpetrado por disidencias de alias ‘Mordisco’ el 17 de febrero, la infraestructura hospitalaria fue rápidamente restablecida y fortalecida con nuevos equipos biomédicos. En total, la inversión en salud en el Cañón del Micay asciende a $182.000 millones.

“Lo que parecía imposible, hoy es una realidad”

El ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, destacó que los resultados son fruto de la articulación entre instituciones civiles, militares y la comunidad:

“Transformar territorios que llevan décadas sumergidos en la economía del narcotráfico no se logra en un año. Requiere persistencia, acción unificada del Estado. La tarea no es fácil, pero vale la pena por el futuro de nuestra gente”.

El jefe de la cartera de Defensa subrayó la importancia del trabajo conjunto con las comunidades:

“Llevamos ya un año de la mano de la comunidad en El Plateado y La Hacienda, corregimientos de Argelia y El Tambo respectivamente. Eso no ocurría hace décadas. Lo que parecía imposible, lo estamos haciendo posible”.

Sobre la entrega voluntaria de los cabecillas de las disidencias alias ‘Kevin’ y alias ‘Yiovany’, el ministro afirmó que esto representa “la cúspide de una estrategia militar efectiva” y un mensaje claro para quienes aún persisten en la ilegalidad.

Compromiso con el futuro del Micay

Finalmente, el ministro Sánchez Suárez hizo un llamado a las comunidades del Cañón del Micay a rechazar las amenazas y optar por la legalidad:

“Atacar y amenazar sistemáticamente a la población como lo hacen las disidencias son crímenes de lesa humanidad. A la comunidad le digo: piensen cómo quieren ver a sus hijos en 10 o 30 años; en medio de cultivos de narcotráfico o cultivando cacao y café. Abandonar la dependencia de lo ilegal es la única vía para crecer en paz y prosperidad”.

Y concluyó con un mensaje de esperanza:

“El Estado colombiano no los va a dejar solos. No vamos a abandonar el propósito de recuperar el Cañón del Micay y todos los territorios afectados por la violencia. Campesinos y comunidades del Micay: uno no decide dónde nacer, pero sí qué hacer con su vida. Hagamos del Micay un orgullo nacional”.

Tomado de Min Defensa